Tipos de dispositivos o repertorios discursivos que
apropia para la construcción de su subjetividad política.
MES NACIONAL DE LA AFROCOLOMBIANIDAD
Es importante anotar que este artículo, que es el
cuarto capítulo de la monografía de grado denominada; repertorios discursivos: subjetividad
política de una mujer negra lesbiana en la universidad del valle, fue
presentado para optar al título de Magíster en Educación con énfasis en
Educación Popular y Desarrollo Comunitario.
En este apartado se da cuenta de la configuración de la
subjetividad política de Johana, de acuerdo con los tipos de repertorios
discursivos, entendiendo estos como una red de elementos que brindan sentido a
las acciones en determinadas circunstancias, en donde existe una lucha de
fuerzas por el poder. En este caso, los repertorios discursivos se relacionan
con los vínculos que existen en dos aspectos centrales y contrarios. El primer
aspecto es el reconocimiento de las estructuras racistas, sexistas, clasistas,
homofóbica, lesbofóbicas, machistas, patriarcales que contribuyen a la
discriminación, la exclusión y las prácticas de desigualdad en el contexto
universitario. El segundo aspecto es el reconocimiento de la red de vínculos
entre el cuerpo, la oralidad y los espacios que le permitieron a Johana
establecer sus propios repertorios discursivos vinculados con la
interseccionalidad que asume lo étnico racial, el género como mujer negra y la
diversidad sexual. En esto, se intentó
observar el orden y funcionamiento de los repertorios discursivo a partir de
preguntas básicas: ¿quién tiene el poder?, ¿cómo? y ¿para qué lo ejerce?
En el contexto de la Universidad del Valle, se
identifican como repertorios discursivos a las estrategias responden al
posicionamiento político o las búsquedas de los estudiantes y docentes
interesados, comprometidos, interpelados en la construcción de género,
diversidad sexual y étnico racial, en los siguientes ámbitos y/o escenarios:
• Curricular:
seminarios, cursos, talleres.
• Proyectos
de investigación-líneas de investigación.
• Los
trabajos de extensión: diplomados, empoderamiento etnoeducación, género.
• Los grupos
estudiantes representan estos discursos.
En estos ámbitos y/o escenarios de manera diferencial y
no menos compleja, se evidencia la necesidad de reconocer las estructuras
racistas, sexistas, clasistas, homofóbica, lesbofóbica, machistas, patriarcales
que contribuyen a la discriminación, la exclusión y las prácticas de
desigualdad en el contexto universitario.
La participación de Johana como mujer negra lesbiana en
algunos de estos ámbitos y/o escenarios contribuyeron al desarrollo de
capacidades de auto-reconocimiento de su diversidad étnico racial, género y
sexual, pero no fue sencillo. Por el contrario, fueron espacios en donde las
estructuras patriarcales tuvieron un lugar de poder desde las posturas y
acciones de quienes allí participan o quienes promueven; por tanto, lo que
Johana buscó fue elementos que le permitieran tener una legitimidad discursiva,
entendiendo por esta como la coherencia en el pensamiento, el lenguaje, y la
acción, que en muchas ocasiones tuvo que defender aún en aquellos ámbitos y/o
escenarios que se presentan como de reconocimiento de la diversidad. Al
respecto, Johana dice:
“Es que mira, la Universidad tiene lugares, cursos,
proyectos, líneas, grupos, colectivos, gente preocupada porque se nos reconozca
como negritudes, mujeres, Legbti, pero no nada sencillo no sólo participar,
sino que ellos tienen sus propios temores, y en ocasiones priman las
estructuras patriarcales, por ejemplo si quieres hacer parte de un proyecto de
investigación pues tienes que acogerte a su modos de entender la diversidad, lo
diferente que somos, pero esto que parece bueno, o bien, no sé, es excluyente
porque en ocasiones no dan voz a nuevas categorías de diversidad, o nuevas
formas de sentir y vivir el mundo, siempre he planteado lo de
interseccionalidad, pero pues soy yo, no soy teórica, entonces es complicado
hacer y ser parte de estos espacios, o tal vez se hacen una imagen de lo que
soy o creen que soy, me ven como contestataria, o como no cambio mi acento de
Guapi, termina molestando, porque en su interior ahí la necesidad de que
finalmente soy yo quien se debe acomodar y no ellos entender la diversidad. De
hecho, una de las personas que entreviste, reconoce que aunque hemos ganado
espacios, aún sigue siendo difícil”.
En relación con esto, Marlene Alegría expone:
Eh si, antes era muy difícil ahorita se puede dar, pero
no abierto como se debería de dar, sí, se ha ganado un poquito de terreno y yo
creo que Johana en eso empezó, a abrir la puerta; ha dejado la puerta medio
abierta como para que las otras mujeres negras y lesbianas le metan y la
terminen de abrir y que también bienestar universitario apoye eso (Marlene
Alegría, Activista-Sindicalista, Líder en Tema de Género, 2016).
Otra de las entrevistadas, Aurora Vergara, considera
que sigue siendo muy complicado que exista un verdadero reconocimiento:
Sí, rotundamente sí, absolutamente sí. Es difícil
porque no hay una apertura para reconocerlo, ni para escucharlo. ¿Cuánto lleva
somos identidad? 7 años y todavía estamos muy lejos de, vamos a ver, de que se
convierta en un discurso o sea como de
la vida cotidiana, como ya son muchos
discursos que si son del proceso reivindicación de la tierra, los derechos colectivos, territorios
ancestrales y la autonomía, la autodeterminación no es todavía un discurso
propio, ni apropiado, porque como hablamos al principio hay como unas
distinciones entre el discurso de reivindicación étnica que todavía, como en
los noventa, se piensa que esta desanclado del discurso de reivindicación de
género y muchísimo más del discurso de diversidad sexual (Aurora Vergara,
Docente Universitaria- Investigadora Social Asuntos Étnicos y Género, 2016).
Mientras que otro de los entrevistados, Óscar Lenis,
considera que al haber autonomía es posible construir escenarios, es decir,
espacios de encuentro donde se visualiza lo que puede convertirse en un
discurso legitimado. Así lo planteó el entrevistado cuando afirmó que:
No, no creo que sea difícil porque la universidad
dentro de su autonomía es muy flexible para que se puedan construir ese tipo de
escenarios, entonces no creo que sea difícil porque es que eso depende también
de la fortaleza, de la planeación, de los actores que presenten la propuesta y
si se hace obviamente de manera organizada y planificada no creo que sea
difícil, sobre todo ahora que desde el punto de vista institucional a nivel
nacional se está dando ese debate (Óscar Lenis, Líder Cadhubev, 2016).
Por consiguiente, Johana fue expresando el desarrollo
de sus capacidades no solo en el discurso verbal o la oralidad, sino también en
su cuerpo como comunicación gestual, proxémica. Para Judith Butler (2017), “lo que vemos cuando los cuerpos se reúnen en
la calle, en la plaza o en otros espacios públicos es lo que se podría llamar
el ejercicio performativo de sus derechos a la aparición, es decir una
reivindicación corporeizada de una vida más vivible”, se entiende como
performatividad, “cuando es para aludir a unos enunciados lingüístico que, en
el momento en que son pronunciados, crean una realidad o hace que exista algo
por el simple hecho de haberlo expresado” (2017, pp. 30, 34). Podemos entender que ir creando una forma de presentarse en su
forma de vestir (atuendo), la forma de llevar el cabello, dando cuenta de sus
raíces afrodescendientes, destacando las dreads, lo colores, las formas, asumiendo unos habitus en los tonos o acentos
heredados del Pacífico colombiano (destacando ser de Guapi), su risa, la
expresión de sus manos y forma de caminar hicieron parte de la red de sentido
de dos tipos de repertorios discursivos: i) el corporal y ii) la oralidad. Con
ello, discutió y buscó la legitimidad.
De acuerdo con Johana:
“Era importante que se reconociera mi oralidad y mi
cuerpo, porque se fortalecía mi identidad, me daba un lugar, un reconocimiento
y autorreconocimiento, aspectos centrales de la subjetividad, que algunas de
las personas entrevistadas reconocen que la legitimidad discursiva depende en
gran medida del contexto, porque al fin de cuentas, si hay posibilidad de
expresarlo es porque alrededor hay personas que lo avalan y se suman a él”.
Esto fue lo que expresó Nohelia:
Pues depende de la universidad, en la Universidad del
Valle yo creo que no, pero si nos vamos a una ICESI de pronto va a ser más
difícil por el contexto, no, que hay mucha población vulnerable, negra
(Nohelia, Trabajadora Social, 2016).
Mientras que otra de las entrevistadas considera que es
difícil, pero puede llegarse a un punto donde se puedan eliminar tantos
problemas para que eso sea posible, pero sobre todo el tema no siga siendo un
tabú o algo de lo que no se deba o pueda hablar en espacios abiertos. Esto lo
planteó la entrevistada así:
Difícil pues sí, creo que, bueno teniendo en cuenta,
pues que sí, que la sociedad ante todo en cierto sentido mantiene cierto recelo
con estos temas en cierto punto sí lo haría más difícil pero no imposible. Toca
es quitar como esos estigmas tanto de parte de los receptores, como del emisor
del mensaje (Susan, 2016).
Según Johana, otro de los entrevistados considera que
en el espacio universitario es posible lograr esa legitimidad porque la
tendencia social es a abrir el espacio político y social que permite la
manifestación de otras identidades. Según él, eso es posible porque la
situación ha cambiado y merece espacial atención el hecho de estar en consonancia
con los cambios sociales y políticos que se vienen dando en otras partes del
mundo donde las personas con identidades diversas están ganando espacio y
reconocimiento. El planteamiento del entrevistado es el siguiente:
Yo creo que habría que distinguir qué espacio
universitario, en la universidad del valle como yo lo he visto, pero es que yo
no he tenido que enfrentar problemas en ese sentido me parece que no es tan
difícil, me parece que la universidad sigue siendo un espacio abierto […].
[…] generar una legitimidad discursiva en los espacios
universitarios, yo digo, aunque la Universidad del Valle que es la que más
conozco, allí yo creo que hay un espacio de apertura y esos discursos corren,
lo que no significa que no haya que estar atento porque también hay tendencias
muy conservadoras entonces no se debe dar la lucha por ganada (Javier Zúñiga,
Docente - Facultad Humanidades, 2016).
Lo que evidencian los relatos de las personas
entrevistadas es que la legitimidad discursiva de Johana, en espacios de la
Universidad del Valle, tuvo que construirse constantemente, ubicando cada
contexto, las oportunidades y las capacidades políticas que ha establecido.
Teniendo en cuenta la visión que dieron las personas entrevistadas, es una
legitimidad que reposa en la manera como se asume el conflicto y se desarrollan
las prácticas, atendiendo las necesidades del contexto y el proceso en el que
se desenvuelve sus prácticas organizativas y su visión del mundo.
Ahora bien, si se trata de identificar el aporte que ha
hecho Johana a los espacios políticos de mujeres se puede entender como un
reconocimiento al visibilizar lo que antes no era posible desde lo que puede
considerarse una cuestión de género, porque sirve de ejemplo para otras mujeres
que tienen las mismas búsquedas en términos de identidad tanto en lo social
como en lo político; por lo menos así lo expresó una de las entrevistadas
cuando planteó que:
Ha sido un aporte muy valioso, ha sido un aporte
supremamente valioso porque cuando uno como mujer se valora se respeta y es
guerrero los aportes que uno da en estos espacios son muy buenos, porque yo soy
de las que pienso, nosotras no somos el sexo débil como nos han tenido
encasilladas, a nosotras como mujeres no nos tienen porque regalar nada. Yo
estoy en contra de la cuota de cuotas, siempre lo he estado, porque uno se
siente como que yo estoy ahí porque ellos me dieron un voto; nosotras las
mujeres yo digo, siempre lo he dicho antes de estar acá en junta directiva y lo
sigo sosteniendo porque no solamente llegue a
junta directiva así como yo llevaba, desde que entre aquí a la
universidad siempre trabajaba lo del sindicato entonces ehh Johana ha sido un
referente muy grande como mujer, como persona ehh para nosotras las mujeres
entonces ehh es un camino y una lideresa que hay que seguirla (Marlene Alegría,
Activista-Sindicalista, Líder en Tema de Género, 2016).
Para otra de las entrevistadas es casi un tema de
reivindicación política que Johana ha aportado por el hecho de participar con
un discurso y unas consignas relacionadas con su identidad, pero al mismo
tiempo reconocer que no es ella sola, sino que son más mujeres buscando ocupar
un lugar digno en sociedad, más allá de lo que puedan decir los hombres, el
trato y las posibilidades de crecer. Esto fue lo que dijo una de las
entrevistadas sobre este aspecto:
Los aportes de Johana, bueno yo creo que Johana ha
aportado diversidad, Johana ha aportado discusión y debate, y ha aportado
confrontación y debate que en ocasiones es muy necesario en este tipo de espacios,
porque ha puesto al hombre a decir, caramba estas viejas se nos están
revelando, y ha puesto a las mujeres a decir, caramba no somos un elemento de
decoración. Siento que eso ha servido muchísimo, siento que tu participación ha
abierto los ojos en ese sentido y le ha mostrado no solamente a las mujeres a
los hombres o a los grupos si no a la misma institución que existen realidades
que se están desconociendo y que tienen que ser reconocidas […]. […] entonces
siento que ella sí ha servido y ha servido también para que muchas mujeres
pierdan el miedo y hablen y hagan cosas y digan, no conozco toda la parte de la
historia de los otros grupos, pero me atrevo a decirlo, como esto es una
opinión que yo puedo dar (sí claro, por supuesto) esta es mi opinión
personalísima yo me atrevo a decir que, sin Johana, muchos grupos que hay hoy
en día de mujeres negras en Univalle, no estarían. Porque así esos grupos
quieran o no quieran lo que Johana dice, les parezca o no les parezca deben, le
deben en parte el hecho de Johana se haya revelado que ellos hayan podido
surgir […] (Sandra Milena Arizabaleta, Líder Estudiantil Afrodescendiente,
2016).
Otra de las entrevistadas considera que el aporte es
una apertura a la necesidad de generar movimiento y entender que la diversidad
está involucrada y es una agenda urgente y necesaria si se pretende ampliar lo
que se requiere para que el movimiento crezca y tenga no solo el
reconocimiento; también es la posibilidad de ejemplificar con otros lo que
sucede cuando se asume un compromiso y una práctica de lo político más allá de
las meras consignas.
Asimismo, el aporte tiene que ver también con la
capacidad de juntarse con personas tan diversas y visibilizar el tema de las
diversidades sexuales, encontrar en la diferencia una forma de decir y hacer
que la ponen en un escenario de poder y legitimidad más allá de su figura. Es
un proceso de construcción en el hacer de la política. Esto se puede ver cuando
una de las entrevistadas afirma que:
Yo creo que uno de los que de pronto más marcó, cuando
estábamos en CADHUBEV fue precisamente ese abrir la mente a las diferentes
realidades de cada persona entonces un aporte más de pronto como al movimiento, como a los individuos que
estábamos en ese grupo era eso a muchas personas abrirles la mente y como
generar otro tipo de pensamientos y de idea en cuanto a las diversidades, fue
uno de los mayores igualmente el aprender a trabajar y aprender a congregar
gente de diferentes grupo s de diferentes espacios pues fue uno de los mayores
aportes llegar a crear un grupo y poder convocar gente con diferentes
opiniones, con diferentes puntos de vista y asociarlos en torno a un objetivo.
Pues como líder que estuvo dentro de la Universidad yo creo que fue uno de los
mayores logros juntar personas con tantas diferencias para trabajar todos por
mismo (Susan, Bióloga, 2016).
Mientras que otra plantea que:
A mí me llama mucho la atención lo del movimiento Somos
Identidad con la población LGBTI negra
porque siempre se ha tenido como ese mito
que el hombre negro que la mujer
como que si uno fuera un ente aparte, risas,
que hombre negro no hay gay, que mejor dicho eso, ese machismo que
existe y como ese mito que el hombre negro tiene que el supermacho en cuanto a
la sexualidad, entonces a mí eso me ha gustado mucho que se conozca y que la
gente sepa que la población afro igual a
cualquier población mestiza indígena que
hay gay, que hay lesbiana que hay de todo (Nohelia, Trabajadora Social, 2016).
El discurso de lo negro, de la construcción racial negra,
de la identidad étnica negra, de la defensa de los derechos a la diversidad en
la orientación sexual son repertorios discursivos de los que se ha apropiado
Johana en su construcción de sujeta política, y a través de los cuales ha
tejido redes o creado vínculos con estudiantes y algunos sectores docentes de
la Universidad del Valle, que se caracteriza por ser una entidad pública y
crítica. El discurso de Johana Caicedo se encuentra cada vez más fundamentado
filosóficamente y sociológicamente, desde el punto de vista de la argumentación
de la diferencia, desde la defensa de condición de ser una mujer negra pero
también de ser lesbiana.
Yo creo que allí hay pues unas grandes ventajas en
relación con eso porque ehh el discurso
de lo negro, el discurso de la
construcción de la identidad racial
negra y el discurso de la identidad étnica negra, es un discurso que
cada vez es más sólido desde el punto de vista de la argumentación del punto
de vista de la diferencia y también el
mismo discurso de la defensa de los derechos a la diversidad en la orientación
sexual, son discursos que cada vez son
mucho más sólidos y yo creo que el hecho que Johana haya estudiado filosofía en
una universidad pública como la Universidad del Valle, pero sobre todo en una
universidad tan crítica como es esta
universidad en sus estamentos estudiantiles, pero también en algunos sectores
por supuesto del profesorado eso yo creo que constituye una estructura
tremendamente favorable para que Johana pueda estructurar un discurso bastante
bien fundamentado filosóficamente y sociológicamente de la defensa de la condición de ser afro
pero también de la condición de ser lesbiana (Luis Carlos Castillo, Decano,
Investigador Social, 2016).
Los elementos de lo étnico-racial y la defensa de los
derechos a la diversidad en la orientación sexual en el discurso de Johana
constituyen, según Foucault (2011), repertorios discursivos, en la medida en
que son el vínculo establecido entre los elementos de un saber filosófico, histórico y sociológico y el
poder; de ahí que sean una red, puesto que el discurso lleva implícita la
formación académica y la experiencia que constituyen otra forma de poder
dirigida a otros, estudiantes y docentes que legitiman en el saber académico el
discurso de Johana Caicedo como mujer negra y lesbiana en un contexto crítico
como la Universidad del Valle, donde su proceso de vida como sujeta política
también es base fundante de la legitimad recibida. Es ahí donde se teje o se
crea esa red de vínculos que permite el ejercicio donde lo político es el
escenario, debido a la interacción dinámica con esta, donde Johana Caicedo
desarrolla la realización social y la construcción de ideas elaboradas sobre el
modo de hacer el ejercicio político.
Esa red constituye relaciones de poder que llevan
implícito una forma particular de ejercerlo permitiendo construir verdades y
realidades, así como configurar el saber de quienes legitiman el saber y el
poder de Johana como sujeta política.
La lucha por el respeto, el reconocimiento y la defensa
de los derechos a la diversidad en la orientación sexual, en el escenario
político de Johana como sujeta política, articula la moralidad de sus reclamos,
soluciones y su idea de equidad social; es por eso que los repertorios
discursivos otorgan la moralidad colectiva que responde a los motivos, los
momentos y la identificación de las personas para legitimar ideológicamente los
modos de la acción colectiva (De la Fuente & Hufty, 2007).
Por lo tanto, el discurso de Johana como sujeta
política es valorado por la comunidad y personas con las que ella se relaciona,
manifestando que muestra transparencia en sus posturas, puesto que habla con la
verdad y muestra transparencia. Johana expresa su interés de seguir estudiando
y fortaleciendo sus posturas políticas y académicas que, sin duda, tendrán
efecto en su cotidianidad, alimentando su espíritu, y que son reflejo de que
tiene claro para dónde va, lo cual se evidencia en cada espacio político, ya
que, a diferencia de los políticos, aún tiene la conciencia limpia. Así lo
ilustra una de las entrevistadas:
En los discursos la veo bien, aunque yo no creo mucho
como en los discursos yo soy una persona que yo digo para usted estar en un
escenario diga realmente lo que está pasando porque caemos en los discursos
baratos de los políticos y yo a Johana la veo que ella va es a lo que va, dice
esto es blanco, esto es negro y en eso y por eso le creen, por eso la gente te
cree y en el discursos sos muy abierta por eso cada día te esmeras más en leer,
en estudiar, en alimentar y en alimentar tu espíritu también. Porque cuando las
mujeres tenemos el espíritu bien alimentado y sabemos para donde vamos, en
cualquier espacio político donde nos inviten podemos hablar bien y la
consciencia que todavía la tenés limpia (Marlene Alegría,
Activista-Sindicalista, Líder en Tema de Género, 2016).
Asimismo, la legitimidad de la lucha de Johana como
sujeta política le permitió configurar su poder mediante la creación de la
organización Somos Identidad, en la medida que le dio muchísima más fuerza y
legitimidad, de las que tuvo en una organización como CADHUBEV, que la rechazó
por su condición de lesbiana. Somos Identidad no es solo la organización que
lidera sino que es aquí el espacio en que configura la articulación de varios
de sus repertorios discursivos en la trama compleja entre
género/raza/clase/etnia. En esta organización tiene como particularidad ser una
de las primeras que a nivel de país logró sin discriminación articular personas
de proceso afrodescendiente, homosexual de distintos territorios. Esta
particularidad le ha permitido a Johana y a otros de sus integrantes tener
representación en espacios de toma de decisión que incide en la poblaciones
afrodescendientes, negras, raizales y palenqueras de Colombia. Por ejemplo, en
el 2013 cuando se realizó el Primer Congreso Nacional Autónomo del Pueblo
Negro, Afrocolombiano, Raizal y Palenquero; en este espacio nace la Autoridad
Nacional de Consulta Previa (ANAFRO) y de forma reciente en los últimos dos
años en el Espacio Nacional de Consulta Previa en Medidas Legislativas y
Administrativas de Alto Alcance Susceptibles de Afectar a las Comunidades
Negras, Afrocolombianas, Raizal y Palenquera. El reconocimiento que ha tenido
esta organización permite que pueda brindar avales para el ingreso a la
universidad pública. Al respecto Aurora manifiesta:
Yo creo que Johana configuró un poder con Somos
Identidad que da una legitimidad, que da una fuerza; es decir, si Johana
hubiera seguido estando en CADHUBEV como una fuerza particular dentro de una
organización que no le quiere dar cabida al espacio, no hubiera logrado
configurar el poder que tiene desde la organización que lidera, porque allí se
configura una base de legitimidad, otro proceso que puede entregar los avales,
que puede legitimar, que puede reconocer. Entonces eso fue un movimiento muy
grande, o sea eso fue un proceso muy grande que ciertamente hoy se configura en
una de las grandes organizaciones y las organizaciones más importantes sobre el
tema entonces yo creo que ahí está la base de legitimidad (Aurora Vergara,
Docente Universitaria- Investigadora Social Asuntos Étnicos y Género, 2016).
De acuerdo con lo anterior, la base del poder de Johana
como sujeta política es la legitimidad como fuente de su poder, una de las
características fundamentales de los repertorios discursivos, configura una red
entre el saber y poder, cuya conectividad sea abierta o cerrada representa una
red en la que encuentran disponibles una serie de efectos para alcanzar un fin,
un objetivo político; por lo tanto, Johana Caicedo al salir de CADHUBEV se jugó
el poder que tenía, y como todo poder requiere un orden para seguir
funcionando, creó la organización que lidera Somos Identidad, al tiempo que
continúa con su formación académica, puesto que, como sujeta política, todo el
poder de los repertorios discursivos requiere un conglomerado de saberes que se
describen, legitiman, explican, garantizan y sustentan en la autoridad para
funcionar de una manera determinada. Estos fueron apropiados dentro de un
conjunto de elementos variados (el saber, el poder, la legitimidad fenómenos
sociopolíticos socialmente relevantes, condiciones históricas de exclusión,
etc.), que conllevan pensar en los fenómenos sociopolíticos desde un lugar
específico, que en este caso está dado por su condición de mujer, negra,
lesbiana y pobre, que la ubican en la subalternidad.
Y es dicho conjunto de elementos variados lo que hizo
posible que Johana lograra la articulación de distintas posturas ideológicas
y/o culturales en los escenarios políticos, ya que se trata de tener capacidad
de escuchar a los otros reconocer sus diferencias como personas y sus
posiciones. Así lo dijo Yolanda en su entrevista:
Sí, porque cuando la persona tiene la capacidad de
escuchar al otro y de ver las diferencias en cada persona y en diferentes
posiciones que la gente tome, eso se puede, sí se puede (Yolanda Caicedo,
Docente - Familiar, 2016).
Sin embargo, hay quienes que consideran que Johana no
ha logrado la articulación de diversas posturas ideológicas y/o culturales en
los escenarios políticos, debido a la diversidad de pensamiento e ideologías
frente a lo étnico-racial, donde han participado mestizos racistas en espacios
como el Consejo Académico de la Universidad del Valle, en el que tuvo apertura
para sentar su posición. De este modo lo ilustró Óscar:
No, porque permanente en los espacios en los que hemos
con fluctuado en conjunto se ven diversidad de pensamiento de ideologías, de
posturas, con mestizos, hemos encontrado mestizos racistas que simplemente les
hemos enseñado que el racismos es malo y que no se dice tal cosa, sino que se
dice así y siempre Johana ha tenido apertura para ello y cuando ha tenido que golpear la mesa la ha golpeado y para
sentar su postura en el concejo
académico, en muchas partes donde muchas veces discursivamente no funcionaba,
ehh yo siento que Johana es una mujer
que ha tenido apertura en eso, sí (Óscar Lenis, Líder Cadhubev, 2016).
Una posición que por sus condiciones de mujer negra y
lesbiana se considera radical incluso frente a colegas de otras organizaciones,
que se sustenta y legitima en condiciones que históricamente han sido objeto de
exclusión en nuestro país, a lo que se suma el provenir del Pacífico una zona
también históricamente excluida; estas son las razones que la obligan a asumir
y sentar una posición radical frente otros sujetos sociales con relación a un
tema específico que los hace colegas. Esto lo refleja en su entrevista Luis
Carlos:
Ehh sí, yo
digamos creo, creo esto que está planteando la pregunta a lo mejor en algunos
momentos si la he visto con posiciones
radicales no, frente a ese punto
posiciones exactamente muy radicales y posiciones radicales incluso frente a sus
colegas de otras agrupaciones pero yo realmente explico las posiciones radicales
de Johana porque cuando uno se está en estas condiciones tan complejas que son
las condiciones básicamente de los excluidos en la historia de Colombia, es
decir la condición de ser una mujer lesbiana, de ser una mujer negra pero también que proviene del área más excluida de la sociedad colombiana como es el
pacifico, pues te obliga casi que a plantear posiciones radicales en la defensa
del punto de vista, entonces yo si he visto eso en la interacción que Johana
pues ha planteado con otros sujetos sociales (Luis Carlos Castillo, Decano,
Investigador Social, 2016).
Así, el concepto de repertorios discursivos sirve para
trazar la economía discursiva de los movimientos sociales, haciendo puntual
énfasis en el conjunto de significados que comunican, que en el sentido de las
acciones que resulta limitado y limitante. Los repertorios discursivos de
Johana como sujeta política surgen en respuesta a una situación socialmente
relevante o problemática como el racismo, la discriminación por orientación
sexual, identidad de género, etc., con el propósito de ser abordadas como
problemáticas socioculturales que históricamente han estado en disputa con los
“blancos” (Camino et al., 2004) dentro del sistema mundo moderno capitalista
colonial por el racismo, donde lo étnico es una categoría de minoría: un
dispositivo compuesto por elementos como el sexismo y la discriminación.
En relación con lo anterior, los repertorios
discursivos que ha empleado Johana responden a lo que se ha denominado la
economía discursiva de los movimientos sociales, pues lidera una organización
que se convirtió en movimiento con el que hace énfasis en el conjunto de
significados que comunican en torno a su motivo de lucha. Esto no desconoce que
el uso de tácticas y prácticas hegemónicas, como parte de sus repertorios
discursivos, es una posibilidad y un riesgo.
Dicha economía le ha permitido participar de espacios
como los diálogos en la Habana Cuba y en el Proceso de Paz en donde representa
la voz de sujetos que como ella también han sido históricamente víctimas del
conflicto, tanto social, cultural, político, humanitario y armado. A esto hace
referencia Aurora en su entrevista:
Yo creo que sí y
yo creo que el ejemplo allí lo tenemos en la participación ahorita en la Habana
o sea el tener esa presencia allí yo creo que fue, hace parte como una
evidencia de ese proceso y el estar ahorita en este proceso también de paz, es
decir, poner esa voz allí y colocarla como en una intersección entre, además de
las intersecciones que ya hablamos ahorita en el campo de las víctimas y la
construcción de la paz (Aurora Vergara, Docente Universitaria- Investigadora
Social Asuntos Étnicos y Género, 2016).
Como señala Foucault (2011), los repertorios
discursivos siempre estarán abiertos a las circunstancias, porque responden a
los fenómenos sociopolíticos que puedan ocurrir al azar considerados
socialmente problemáticos representando la inestabilidad coyuntural en la lucha
de fuerzas por el poder.
Las propuestas políticas desarrolladas por Johana en la
Universidad del Valle han buscado generar relaciones sociopolíticas de cambio,
donde expone una postura de liberación femenina y más aún en lo
afrodescendiente, tratando de abrir espacios y socavando las desigualdades y
las jerarquías preexistentes. Esta reflexión se presenta Marlene en su
entrevista:
Es relevante, fue relevante. Puedo decir que fue
relevante porque Johana ya no está acá, fue relevante. Entonces si ella ha
dejado les ha dejado las banderas a otras personas debería decirles a esas
personas que se metieran en eso y que no se perdiera ese camino que ella hizo.
Me parece muy bien, me parece muy bien y te digo no sabía que Cadhubev había
hecho es y ahí es donde y digo negro come negro y fuera de eso nosotros no
podemos decir que nos discriminan si nos discriminamos entre nosotros mismo, si
es que el enemigo está adentro, si, desafortunadamente eso es así… entonces no
lo sabía Johana y aquí hay cosas que uno realmente no sabe del estudiantado
(Marlene Alegría, Activista-Sindicalista, Líder en Tema de Género, 2016).
Las posturas ideológicas donde se manifiesta el género,
lo étnico-cultural, la identidad diversa han sido un referente para Johana
Caicedo, los cuales se entrelazan y se expresan en los espacios sociopolíticos
como sujeta política, que expresa Sandra en su entrevista:
Johana como sujeto político, Johana como sujeto
político es un sujeto político bien interesante es interesante en que Johana
puede ser vista desde 3 lugares sociales, yo diría que hasta 4 lugares sociales
históricos, ehh Johana es mujer, Johana es negra, Johana es lesbiana y Johana es empobrecida, esos son cuatro
elementos o cuatro sujetos políticos que
están generando una transformación social y política en este momento y Johana
está dentro de los tres, dentro de los cuatro, perdón y al estar dentro, bueno
es que lo de empobrecida, bueno mentí,
empobrecida porque también está la lucha de clases, muestran que ya no
hay una lucha de clases, pero aún existe una brecha económica importante
entonces yo considero que los empobrecidos somos todavía una clase y somos un sujeto político, entonces Johana al estar
involucrada en estos cuatro sujetos políticos Johana aporta a la transformación
desde cuatro lugares diferentes que eso
en ocasiones llega a ser contradictorio (Sandra Milena Arizabaleta,
Líder Estudiantil Afrodescendiente, 2016).
Lo anterior señala la ideología y la postura política
de Johana donde integra su condición social, cultural, de género y económica
buscando reestructurar los espacios políticos basados en la asimetría y
opresión sexual, mediante una acción movilizadora como sujeta política donde el
contexto es complejo. Estas condiciones continúan expresándose según la misma
Sandra:
Porque por sujeto político por ejemplo negra, choca con
el sujeto político mujer y con el sujeto político lesbiana, aunque se hermana
con sujeto político empobrecida y cuando se habla de sujeto político ehhh por
ejemplo mujer, vuelvo otra vez en el
tema mujer, choca muchísimo con el tema
de sujeto político lesbiana porque el feminismo negro en ocasiones, no
solamente el negro, el feminismo en general choca con el feminismo lésbico,
entonces aquí ella también entra en una contradicción y no es fácil ser una mujer
ser lesbiana, dentro de un movimiento de comunidades negras y además ser
empobrecida hacia afuera de la sociedad, entonces siento que esas cuatro realidades que la atraviesan como sujeto
político son bien complejas (Sandra Milena Arizabaleta, Líder Estudiantil
Afrodescendiente, 2016).
Se señala que Johana mantiene en su devenir histórico
elementos ideológicos y políticos tales como el respeto y escucha de las
identidades diversas, étnicas y de género que representa su propia identidad
como sujeta política. Las condiciones y posturas ideológicas y políticas de
Johana Caicedo dentro de la Universidad han contribuido a establecer espacios
de participación democrática, sin exclusión de ninguna índole buscando mejorar
las condiciones sociales, culturales y políticas de aquellos o aquellas que son
rechazados.
En este sentido, Valdivieso (2014) señala que el avance
del feminismo en América Latina se ha dado por el cuestionamiento a la no
integración de otras identidades que presentan las mujeres en un entorno de
subalternidad. Atendiendo a ello, Johana se ha preocupado no solo por
cuestionar y reflexionar desde lo ideológico y lo político, sino por abrir
espacios que permitan la participación de todas y todos en la Universidad.
Las transformaciones políticas desarrolladas por Johana
Caicedo en la Universidad del Valle se plantean desde colocar la cuestión
emancipadora de las mujeres (con todas sus condiciones e identidades) en la
agenda pública, sin dejar de lado a los grupos de identidades diversas, tal como
lo refiere Marlene:
Sí, para mí fueron significativas porque, como te digo,
yo hace rato no te veo, ahorita que me estás comentando que, pero no te veo, ya
no te ves como muy, así como antes... Sí, entonces fueron significativas y no
creo que haya una mujer negra que coja esa bandera como la cogiste como negra y
como lesbiana, no creo, no creo porque vuelvo y te digo se dice que la
Universidad es abierta, pero en lo académico, en lo académico. En lo demás la
Universidad no se ha abierto (Marlene Alegría, Activista-Sindicalista, Líder en
Tema de Género, 2016).
Los avances y transformaciones políticas generadas por
Johana se mantienen en la percepción de quienes estuvieron en estos procesos,
como describe Marlene:
Ehhh que yo sí te diría Johana que no hagas como han
hecho las otras personas, no, que han hecho un trabajo acá muy bueno, pero sean
graduado y se han ido y entonces voy y hago otro camino por allá fuera. Yo creo
que no este es el momento de que ese trabajo que hiciste lo retomes acá porque
cada día entran más estudiantes más estudiantes negras sin dejar al lado los
blancos, los indios porque yo no, yo te digo, para mí yo igual y yo me siento
al lado de un estudiante blanco, de un estudiante negro, si no que no dejaras
esa bandera de sobre todo la mujer lesbiana (Marlene Alegría,
Activista-Sindicalista, Líder en Tema de Género, 2016).
Asimismo, se refleja la continua necesidad de
transformar los espacios políticos como lo dice Aurora en su entrevista:
Él lo calificaban como un líder disruptivo, porque
rompía con los procesos, y eso se ve como negativo, sin embargo yo creo que ese
adjetivo puede funcionar porque el liderazgo que Johana ha tenido, se ha
considerado negativo en los contextos que lo ha hecho porque esos contextos no
están preparados para romper con las estructuras que los fundamentaron,
entiéndase, CADHUBEV; entonces allí es un liderazgo disruptivo porque cuestiona
esas estructuras, rompe esas estructuras
y abre otros caminos (Aurora Vergara, Docente Universitaria- Investigadora Social
Asuntos Étnicos y Género, 2016).
De esa forma, las transformaciones políticas planteadas
y generadas por Johana Caicedo se han visto en cuestionamiento por aquellas
personas o grupos que buscan mantener resistencia a los cambios contextuales.
Las posturas políticas de Johana en la Universidad, y fuera de ella, le han
generado tanto dificultades como fortalezas, manteniéndose como una fuerza
política que incluye a la diversidad de identidades articuladas a la ciudad o a
la academia. Lo anterior, lo señala Aurora en su entrevista:
Sí, sí y si porque ya o sea Somos Identidad queda como
una herencia o sea no se puede borrar de la historia de los procesos
organizativos afro una organización que fundo una mujer negra y lesbiana que se
llamó Johana. O sea, eso no se puede
borrar, eso no se puede borrar y eso es una marca indeleble. (Aurora Vergara,
Docente Universitaria- Investigadora Social Asuntos Étnicos y Género, 2016).
Las vivencias de los procesos políticos en la
universidad por parte de Johana Caicedo expresan distintos momentos de
tensiones, fuerzas, incomprensión o comprensión de sus ideales, en otras
palabras, se evidenció una confrontación de poder para continuar con los mismas
estructuras políticas y sociales en el entorno universitario.
De esta forma, se refleja la lucha que han vivido las
mujeres en América Latina. Para Curiel (2008), estos procesos están enmarcados
en la interseccionalidad conceptual donde la identidad de la mujer
afrodescendiente busca hacerse un lugar dentro de los procesos históricos de la
Universidad articulados a los distintos grupos (étnicos, de género, identidad
sexual, etc.) que interactúan en el contexto universitario.
Puede plantearse que como sujeta política Johana ha
construido una postura enmarcada el feminismo decolonial porque ha logrado
articular su origen étnico racial y su orientación sexual como dos componentes
fundamentales en el hacer y en el discurso que legitimó a través de los años,
en la interacción con otros grupos dentro de la Universidad, donde la lucha
contra la hegemonía impuesta por una sociedad patriarcal materializada en el
sistema-mundo-moderno-capitalista-colonial es lo particular.
Los procesos políticos y organizativos en los que ha
participado le permitieron construir unos repertorios discursivos que
legitimaron su hacer como mujer negra lesbiana, reivindicándose junto a otros y
otras para desvirtuar el sistema de opresión que la intentó someter y mantener
bajo la idea de normalidad, convirtiéndose en un referente de lucha por el
reconocimiento y la equidad, y aprendiendo que la única forma de lograr hacer
algo por ella y por las demás personas, que viven en el marco de las relaciones
que el sistema-mundo-moderno-capitalista-colonial ha impuesto, es fortaleciendo
y contribuyendo en la elaboración de propuestas incluyentes desde los
escenarios donde participa.
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