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jueves, 23 de agosto de 2018

Buenaventura y el Activismo

Por: Maura Nasly Mosquera Mosquera.
Desde hace más de 20 años, me identifico como activista de los movimientos afrodescendiente y de mujeres y mi activismo o militancia, es aquel que en un sentido general se puede enmarcar dentro de una extrema dedicación, entrega o consagración frente a una línea de acción pública, que en mi caso, son estos dos movimientos. El vocablo activismo posee dos significaciones donde una de ellas manifiesta que activismo es aquella actividad impulsada en pro de una determinada doctrina, partido, entre otros. O por su parte este término puede definirse como la ideología, doctrina y comportamiento de cada uno de los integrantes activos de una dada organización, sociedad, partido u organismo que apoya, ampara y practica la violencia, bien sea para fines políticos, económicos, religiosos o sociales.
Paralelo a estas significaciones, están también los conceptos de defensor de derechos humanos y la ciudadanía diferenciada étnico-racial negra, afrocolombiana, palenquera y raizal, en los términos que señala la activista y académica Claudia Mosquera Rosero-Labbé y agregaría al debate dos afirmaciones que resumen mis inquietudes con relación a la crisis en Buenaventura: La primera: lo importante es no quedarse sentado criticando desde la silla del computador y promover el cambio con lo que le apasiona y la segunda: los jóvenes no creen que exista un solo liderazgo y hoy están más entusiasmados con el activismo y en la lucha de ideales.
Reseña la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH), que se ha extendido el empleo de la expresión “defensor de los derechos humanos” a raíz de la aprobación de la Declaración sobre los defensores de los derechos humanos en 1998. Hasta entonces, términos como el de “activista”, “profesional”, “agente” o “supervisor” de los derechos humanos habían sido los más comunes. Se considera que la expresión “defensor de los derechos humanos” es más pertinente y útil. De una manera sencilla, ACNUDH señala que se usa la expresión “defensor de los derechos humanos” para describir a la persona que, individualmente o junto con otras, se esfuerza en promover o proteger esos derechos. Se les conoce sobre todo por lo que hacen, y la mejor forma de explicar lo que son consiste en describir sus actividades y algunos de los contextos en que actúan. La persona que actúe en favor de un derecho (o varios derechos) humano(s) de un individuo o un grupo será un defensor de los derechos humanos. Estas personas se esfuerzan en promover y proteger los derechos civiles y políticos y en lograr la promoción, la protección y el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales. Los defensores abordan cualesquiera problemas de derechos humanos.
Claudia Mosquera Rosero Labbé habla de una ciudadanía multicultural definida por dos axiomas principales. Primero, el individuo moderno vive con dignidad, razón que hace importante al principio de la igualdad de derechos y de reconocimiento en los planos personal y cultural: el multiculturalismo reconoce las diferencias que la tradición liberal clásica había confinado al espacio privado. Segundo, el multiculturalismo considera al grupo, al pueblo y a las naciones culturales de base étnica como mediadores legítimos entre el ciudadano y la sociedad. El multiculturalismo no elimina la oposición público-privado; desplaza la frontera y abre la opción para que aquellos asuntos, antaño privados, se conviertan en asuntos públicos, pero crea un espacio para la intersección y para compartir valores comunes que pueden ser liberales como la libertad, la igualdad y la dignidad.
Buenaventura necesita que su población potencialmente activa (15 a 59 años: 258.967), líderes, activistas, defensores de derechos humanos desarrollen esa capacidad de formar equipos, sean capaces de formar sus propios planes de sucesión y pierdan el miedo a ser “reemplazados” y permitan la aparición de ciudadanías diferenciadas de varios tipos para refrendar ese consenso de valores comunes.
(1). http://conceptodefinicion.de/activismo/ (2). Acciones Afirmativas y ciudadanía diferenciada étnico-racial negra, afrocolombiana, palenquera y raizal. Entre Bicentenarios de las Independencias y Constitución de 1991.

Buenaventura y sus Mujeres

Por: LICENIA SALAZAR.
Las mujeres en Buenaventura somos responsables del atraso en que está sumido el Puerto más importante de Colombia. El titulo suena fuerte, pero sustento esta afirmación: Somos nosotras las mujeres que por siglos hemos estado presente en
los hogares formando hijos con principios y valores.
Somos las mujeres quienes nos delegaron la valiosa tarea de formar seres humanos capaces de transformar el mundo.
Somos las mujeres quienes históricamente hemos apoyado a nuestros hombres para llegar a cargos de decisión y poder en particular a las Alcaldías.
Somos las mujeres que en las organizaciones políticas hemos aportado disciplina, orden y lealtad que ha permitido que aun perduren en Buenaventura.
Somos las mujeres que, aunque aportamos las ideas en los procesos de planeación, son los hombres quienes presentan los programas, proyectos ante la comunidad.
Somos las mujeres quienes a pesar de que existe en Colombia una ley de cuotas, escogen nuestros nombres, más por cumplir la ley, que por reconocimiento laboral o intelectual.
Somos las mujeres quienes rechazamos siempre los nombres de candidatas a la Alcaldía, sosteniendo cualquier cantidad de incomodas posturas, contrario a si es un hombre quien pone a consideración su nombre.
Somos las mujeres quienes no apoyamos a mujeres.
Son las jóvenes mujeres Bonaverenses, quienes solo apoyan sus proyectos, critican mucho y aportan poco. Con contadas excepciones.
Somos las mujeres que hoy en Buenaventura podemos sacar adelante el proyecto más grande de la historia del denominado Distrito, apoyando a cualquiera de las mujeres que tienen interés en poner su nombre como candidatas a la Alcaldía Distrital para romper el paradigma de que en esta ciudad solo los hombres pueden dirigir los destinos de este pueblo sin memoria, de este pueblo sediento de nuevas y mejores oportunidades administrativas. (Me refiero a 30 años de elección popular de alcaldes, 10 elecciones pasadas).
Santiago de Cali, 14 de agosto de 2018.

Petronio

Por: TEODOMIRA LUNA OBREGON
Con mucha y complacencia y humildad recibo solicitud de la Fundación Petronio Álvarez, que escriba desde mi perspectiva algo sobre la cultura del Pacífico, bueno quiero decirles que este tema, me apasiona, escribir sobre la esencia de lo que soy y lo que represento, es significar el origen de mis abuelos, de mis tías, de mis padres, es un bocado exquisito que me permito ofrecer en un corto texto que intentare no me pueda la emoción pero si la objetividad. 
Nací, en una hermosa ciudad Buenaventura, allí desde muy pequeña, escuche los arrullos con los que desde mi casa se llevaba al niño Dios los 24 de Diciembre a la iglesia de mi barrio en una enorme procesión que al ritmo de una buena marimba y un Guasa, que tocaba mi mama, la maestra Teresa me hacían sentir la mayor felicidad posible y empecé a entender la riqueza musical que encierran los instrumentos con los cuales interpretamos nuestras melodías, con el pasar de los años, Dios y la vida me permitieron llegar a la secretaría de Cultura de Cali, y allí fue como dice mi amado primo William Vega, me metí de lleno en el proceso del festival que recoge en su esencia nuestra cultura ancestral, el festival de Música del pacifico Petronio Álvarez y de la mano de personas inolvidables como German Patiño, María Helena Quiñones Yaneth Riascos, Oliva Arboleda Hugo Candelario Gonzales entre otros, inicie un recorrido de aprendizaje y de entrega total a una de las tantas expresiones culturales de nuestro pacifico recóndito. 
Tuve la fortuna de recorrer algunos pueblos: timbiqui, ciudad que me enamoró por completo, Guapi la tierra de mis ancestros, Quibdó, ejemplo de tenacidad y empuje, ístmina, pueblo rico, trabajador, ancestral, Tumaco, Dios mío esa es otra cosa, y así sucesivamente almacene en mi corazón, todo lo bello que encierra este territorio, el abrazo de sus gentes, la sonrisa clara y diáfana, de sus mujeres, el andar rítmico y hermoso de sus hombres y la dulzura de sus niños, empecé a entender, porque somos tan alegres a pesar de las dificultades, es que la Marimba te sana el corazón, su melodía seca, ronca, te traslada de una vez a la historia del pueblo negro, eso se lleva en la sangre, es difícil en ocasiones entenderlo pero es así. 
Nuestro festival, recoge el sentir de un pueblo, y es el reconocimiento del aporte que nuestra cultura le ha hecho al país, Colombia es plurietnico y multicultural, estos términos se reflejan cuando miramos con detenimiento, como cada región tiene una expresión cultural propia, que nos diferencia pero a su vez nos une como país. 
Nuestro festival, encierra la magia del pacifico, la bondad de sus gentes y el amanecer de un nuevo país en paz, allí los negros somos anfitriones, atendemos a todos, enseñamos, nos divertimos pero ante todo, hacemos de ese espacio un territorio de amabilidad, educación, dulzura, sonrisas, abrazos, besos, y un cumulo de cosas lindas que por más duro que tengamos el corazón lo sentimos.
Con la realización del festival Petronio Álvarez en Cali se reconoce, que somos parte integrante de una sociedad que aunque inmersa en sus propias dinámicas, es negra en esencia. 
Pero no todo es bueno, hoy la dinámica del país, ha afectado notablemente nuestra cultura y esto se refleja en la carencia de escuelas de tradición oral y escrita en nuestros pueblos, el desarraigo ocasionado por la falta de oportunidades para nuestros jóvenes, la ausencia de transmisión de conocimiento de nuestra ancestralidad, la invención de valores, afectan la riqueza que hace de nuestra región un mar de posibilidades, que aun, en pleno siglo XXI es desconocido.
Cuando nuestro país entienda que es en este territorio donde está el futuro de la Nación, tomara con seriedad las riendas del territorio y hará de él un mejor lugar para vivir, pero respetando nuestras costumbres y nuestras tradiciones que nos hacen únicos en el contexto Nacional, aunque no somos los únicos. 
Es hora de asumir con responsabilidad y con tesón las riendas del futuro de nuestro territorio, estamos obligados a responderle a las futuras generaciones por lo que construyamos depende de nosotros de nadie más, es nuestra casa, nuestra historia y estamos obligados a hacer de ella un mejor vivir para que el futuro no sea incierto para los nuestros y este cargado de inmensas oportunidades como aquellas que nos brinda el océano pacifico y el oleaje hermoso de sus aguas, que cobijan todos los días nuestra alma y nuestra vida. 
Hoy tenemos una enorme oportunidad, la nueva Ministra de cultura, la Doctora Carmen Inés Vásquez es del pacifico, conozco su compromiso y amor por esta tierra, con ella y con el apoyo de todos los negros territoriales del litoral recóndito, alcanzaremos el tan anhelado desarrollo cultural para nuestra región. 
Gracias a todos por haber aportado tanto a mi vida, por los inmensos momentos de felicidad vividos y por los eternos abrazos que llevo tatuados en mi corazón. 

Santiago de Cali, agosto 14 de 2018