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martes, 27 de octubre de 2020

LA EXCLUSIÓN DE LAS CUIDADORAS

Tomado de DEJUSTICIA

LA EXCLUSIÓN DE LAS CUIDADORAS

Sobrevivir al hambre de la pandemia sin el apoyo del Estado
Preocupación, incertidumbre, hambre. En eso se ha convertido la pandemia para millones de personas que han perdido sus empleos en Colombia por el confinamiento. Entre ellas, mujeres cabeza de hogar que han reemplazado el miedo al contagio por el temor a no tener qué poner sobre la mesa cada mañana, a ser desalojadas, a que no les alcance para las medicinas de sus familiares.
Esta es la realidad que viven 24 mujeres que conocimos en Bogotá, Medellín, Neiva y Cali, 15 de ellas migrantes y 9 trabajadoras domésticas. A pesar de haber perdido sus empleos informales y de vivir en una situación crítica, no fueron incluidas en el Programa Ingreso Solidario (PIS), el subsidio que creó el Gobierno nacional para las familias pobres y vulnerables durante la pandemia
La exclusión de estas mujeres, que cumplen con los requisitos que se conocen para acceder al PIS, refleja las fallas de un programa que existe para darles un alivio a las familias más afectadas de un país obligado, como el resto del mundo, a confinarse.
En un intento por enfrentar esos miedos, este grupo de mujeres, acompañadas por Dejusticia, presentaron una tutela para pedirle al Gobierno que las incluya en el PIS de manera urgente. Además, le piden al juez que ordene corregir los problemas que están alejando a tantas familias de ese ingreso mínimo.
En este especial contamos cómo han sido las vidas de seis de ellas durante estos meses. Las historias de Flor Angélica, Yanira, Ladicel, María Irma, Gloria María y Haileen muestran por qué el mundo debería tomarse en serio las labores de cuidado.


jueves, 22 de octubre de 2020

Situación de las mujeres en Colombia durante el COVID-19

Por María José Pizarro

Tomado de: Nodal Noticias de América latina y el Caribe

En Colombia, de acuerdo al último censo poblacional del año 2018, el 51,2 % de la población corresponde a mujeres del universo de 48.258.494 del total de personas. Es decir, por cada 100 hombres hay 104,7 mujeres en el territorio colombiano, siendo jefes de los hogares en un 40,7%.

Las mujeres estamos sufriendo de manera diferenciada y drámatica los impactos que ha dejado el Covid – 19 que evidencian y acentúan las desigualdades de género, vivimos como en todo el continente un aumento de las violencias hacia las mujeres y una  sobrecarga de las labores de cuidado. En nuestro país, las mujeres dedicamos el doble del tiempo al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres, éstas tareas recaen mayoritariamente sobre nosotras, pues históricamente somos quienes hemos tenido la responsabilidad de atender a familiares enfermos, personas mayores, dependientes, niños y niñas, y en el marco de un país en guerra hace más de cinco decadas hemos vivido y sobrevivido a la violencia, al tiempo que sacamos adelante a nuestras comunidades.

Esta carga se ha incrementado en el último mes, nos hemos visto en la necesidad de multiplicar el trabajo de cuidado debido al cierre de jardines, colegios y universidades, también debido al confinamiento obligatorio de los adultos mayores y derivado del aislamiento preventivo declarado por el Gobierno Nacional. Somos profesoras, encargadas de la liempieza del hogar, trabajadoras, mientras apoyamos la contención emocional de los demás miembros de nuestras familias ante la incertidumbre generada por la pandemia.

En nuestro país se ha presentado un aumento drástico de las mujeres que somos cabeza de familia, 4 de cada 10 familias viven en la incertidumbre a causa de una pandemia que agrava la situación economica que esta a cargo exclusiva de las mujeres. Las mujeres son las primeras en perder sus empleos precisamente a la responsabilidad exclusiva del cuidado de sus hogares.

Por otro lado se ha visto un incremento en las discusiones al interior de las familias y por ende, el número de casos sobre violencia intrafamiliar y violencia dirigida hacia las mujeres. Sobre este último aspecto, el panorama no es muy alentador dado que las mujeres, en algunos casos se encuentran aisladas en sus casas junto con sus abusadores, presentándose así un alto nivel de riesgo para las mujeres, niñas y niños. Como consecuencia, la Fiscalia General de la Nación (2020) reportó que entre el 20 de marzo y el 4 de abril se cometieron 12 feminicidios y se recibieron más de 578 llamadas por violencia basada en género. Para el 7 de abril las llamadas a la línea de denuncias habían aumentado en un 103% solo en la ciudad de Bogotá, la Línea 155 creada por la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer con el propósito de orientar a mujeres víctimas de violencia, ha recibido un 91% más de llamadas para denunciar este delito, con respecto a esta misma época en el 2019.

Esto sin contar con el aumento absolutamente preocupante de las denuncias de violencia física, sexual y/o psicológica contra niños, niñas y adolescentes. Entre el 12 de marzo al 1 de abril, han recibido 8.939 denuncias lo que significa en promedio 426 denuncias diarias.

Medidas como la cuarentena y el aislamiento social, así como las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, tendrán un efecto negativo sobre el acceso a la salud sexual y reproductiva de todas las personas, especialmente de las más vulnerables. Servicios como la atención a las mujeres gestantes, el acceso a métodos de anticoncepción, servicios de prevención y tratamiento de infecciones de transmisión sexual, la atención a sobrevivientes de violencia sexual y la interrupción voluntaria del embarazo (en cumplimiento de la Sentencia C-355 de 2006) hacen parte de los servicios mínimos que no pueden ser suspendidos en momentos de crisis o emergencia.

Tristemente en el marco de las medidas adoptadas por el gobierno nacional se evidencia una ausencia del enfoque de género.

* Representante a la Cámara por Bogotá,  Segunda Vicepresidenta de la Cámara de Representantes y Copresidenta de la Comisión de Paz. Lideresa política, activista por las víctimas, la paz y la memoria. Ha dedicado su trabajo y esfuerzo a recuperar la memoria viva de Colombia y en particular la historia de su padre, Carlos Pizarro, máximo comandante del Movimiento 19 de Abril (M-19) y candidato presidencial asesinado tras firmar la paz en 1990.

El presente texto es una colaboración de la Red de Mujeres por la Autonomía y el Bienestar (Red MAB), impulsada por la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS)

viernes, 16 de octubre de 2020

El aporte de las mujeres afrodescendientes en los servicios del cuidado en Cali: un desafío de las políticas de bienestar social

Por Maura Nasly Mosquera Mosquera (Colombia).

Desde la X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe celebrada en Quito del 6 al 9 de agosto de 2007 se creó el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe con el propósito de contribuir al fortalecimiento de los mecanismos nacionales para el adelanto de las mujeres, poner a disposición pública información oficial de los gobiernos de la región a través de un conjunto de indicadores estratégicos de género y herramientas analíticas para formular políticas y hacer visible el cumplimiento de metas y objetivos a fin de facilitar el seguimiento de los acuerdos internacionales de los derechos de las mujeres; con el argumento que las mujeres en la región son víctimas de desigualdades y prácticas discriminatorias relacionadas con la redistribución social y económica así como con el reconocimiento político y simbólico, lo cual afecta su autonomía, ya sea económica, física o en la toma de decisiones, y en la interrelación entre esas autonomías.

En el año 2010, con ocasión de la siguiente conferencia regional fue la oportunidad en la que Ana Irma Rivera Lassen en el Documento Conceptual Mujeres afrodescendientes: la mirada trabada en las intersecciones de organización por raza y género advirtió y recomendó que el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, iniciativa de la División de Asuntos de Género de la Cepal, integrara más y de manera transversal la perspectiva étnico-racial en sus trabajos para que en el futuro se tuvieran informes que den cuenta más detallada sobre las autonomías de las mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe.

Afirmó en el 2018 la Cepal (1) que las transformaciones por las que pasaba la economía mundial tenían fuertes repercusiones sobre los regímenes de bienestar, que estos enfrentan riesgos de precarización y desprotección asociados a las nuevas formas de trabajo y a los efectos de tendencias demográficas como el envejecimiento y la intensificación de las migraciones.

Para el Banco Mundial (2) es un hecho que las condiciones económicas en América Latina y el Caribe para el 2020 han empeorado drásticamente a medida que toda la región se ha visto afectada por la pandemia de COVID-19 (coronavirus). Los recientes brotes en la región se han propagado con rapidez, y el impacto económico provocado por el cierre de los negocios y las restricciones para circular a nivel nacional ha sido abrupto y grave. También que la informalidad generalizada limitará el alcance de los esfuerzos de asistencia social destinados a morigerar el impacto económico de la pandemia. Finalmente que los recientes avances de la región en cuanto al alivio de la pobreza y de la desigualdad podrían estar en riesgo.

La pandemia de la COVID-19 según ONU-MUJERES brinda una oportunidad para tomar medidas radicales y positivas que compensen las desigualdades tradicionales presentes en numerosas áreas de las vidas de las mujeres y para construir un mundo más justo y resiliente y desarrolló una respuesta rápida y específica para mitigar el impacto de la crisis sobre las mujeres y las niñas, así como para garantizar que la recuperación a largo plazo las beneficie, y para ello se ha centrado en cinco prioridades: (i) Mitigar y reducir la violencia de género, incluida la violencia doméstica; (ii) Promover que la protección social y los paquetes de estímulo económico sirvan a las mujeres y las niñas; (iii) Fomentar que las personas apoyen y practiquen el reparto equitativo del trabajo de cuidados; (iv) Promover que las mujeres y las niñas lideren y participen en la planificación y la toma de decisiones de la respuesta a la COVID-19 y (v) Garantizar que los datos y mecanismos de coordinación incluyan la perspectiva de género.

En términos generales, el Fondo de Población de Naciones Unidas Unfpa (3) destaca que pese a la diversidad de características de cada país, se logra visibilizar la gravedad de las desigualdades sociales que afectan a la población afrodescendiente y que los datos estadísticos demuestran que existen diferencias importantes en cuanto a la distribución de los ingresos para diversos grupos étnicos de la región y que actualmente, existe una ausencia de datos desagregados por etnia, raza y género en los registros epidemiológicos en América Latina y el Caribe que imposibilita conocer las infecciones por COVID-19 en la población afrodescendiente.

En Colombia, la población que se autorreconoció como negra, afrocolombiana, raizal y palenquera en el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 es 2.982.224, resultado que fue rechazado en forma unánime por el movimiento social afrocolombiano y ante esta presión el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE determinó, a partir de la Encuesta de Calidad de Vida -ECV2018 (que tiene cobertura departamental y cuenta con cerca de 287 mil personas encuestadas), que el volumen de la población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera en 2018 es de 4.671.160 personas, que corresponde al 9.34% de la población total nacional.

Igualmente, ante la solicitud de movimiento social afrocolombiano el Instituto Nacional de Salud INS publica el Boletín Covid – 19 en población afrocolombiana en Colombia, con una periodicidad semanal, diferente a la diaria del reporte nacional, sin que incluya la perspectiva de género.

Al revisar el Informe al Congreso de la República Trazador Presupuestal para la Equidad de la Mujer Ejecución 2019 Programación 2020 elaborado por la Vicepresidencia de la República – Consejería de la Equidad de la Mujer (mecanismo nacional de adelanto de las mujeres), no se referencian datos desagregados con enfoque étnico – racial y en el Informe Trazador Presupuestal 2019 -2020 Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales elaborado por el Ministerio del Trabajo – Oficina Asesora de Planeación no se referencia datos desagregados con enfoque de género.

En el ámbito local, las mujeres de Santiago de Cali, Colombia –donde resido están inmersas en el desafío de la formulación de una nueva Política Pública para las mujeres: Reconocimiento, Equidad de Género e Igualdad de Oportunidades 2020-2030 y el diagnóstico reconoce que han permanecido brechas de género durante los diez años anteriores de implementación de la primera política de mujeres; se han agudizado situaciones y se han recrudecido las violencias. Además, enfrentamos el desafío del tránsito de municipio a Distrito Especial de Cali, con sus múltiples retos, riesgos y oportunidades, asimismo lo de la crisis del Covid-19, sus efectos a corto, mediano y largo plazo en la ciudad.

De igual forma, la población afrocolombiana cuenta con la Política Pública CaliAfro 2019 – 2029 que incluye un componente temático denominado Género y Generación y en su Plan Indicativo determina acciones específicas dirigidas a las mujeres para responder a las líneas estratégicas (i) Vulnerabilidad sociodemográfica y condiciones de vida; (ii) Menor acceso y permanencia en el sistema educativo; (iii) Menor acceso al sistema de salud y pensiones y (iv) Precariedad en el empleo y discriminación; tiene como desafío actualizar la caracterización de la población y desarrollar el enfoque de transversalización étnico – racial afro en una coyuntura caracterizada por un crecimiento económico frágil y que el Programa CaliAfro sea un real articulador transectorial de los organismos de la Administración Central de la Alcaldía para que asuman este enfoque en su acción diaria, a través de procesos de consenso, que por definición son de mediano plazo y requieren formular e implementar procesos.

Las mujeres afrocolombianas de Santiago de Cali se enfrentan a la problemática de la falta de datos actualizados en el marco de la formulación de la nueva Política de Mujeres que determinen cuántas son del 53% de las mujeres que conforman la población (2.497.562) de Santiago de Cali. Se destaca igualmente que aún se encuentran sobrerrepresentadas y siguen existiendo las brechas étnico raciales en el trabajo doméstico entre la población negra y la población mulata, blanca y mestiza, según datos del diagnóstico de la Política Pública CaliAfro sobre la situación sociodemográfica de la población afrocolombiana en Cali elaborado a partir del Censo de 2005 y la Encuesta de Empleo y Calidad de Vida de Cali EECV-Cali 2012-2013 realizada por el Ministerio del Trabajo para la Alcaldía de Cali llegan a ser de 102.90%, 407.10% y 195.80%, respectivamente.

El desafío es incluir en la formulación de la nueva política de las mujeres de Santiago de Cali y en la implementación y ajuste del Plan Indicativo de la Política Pública CaliAfro en forma inmediata, las cinco prioridades identificadas por ONU Mujeres ya mencionadas. La creación y promoción de empleos decentes en el sector de servicios del cuidado puede tener un impacto significativo y pagaría una deuda con las mujeres afro trabajadoras domésticas de Cali, cuya contribución ha sido, y sigue siéndolo, esencial para superar la pandemia y que esta crisis ha evidenciado cuán difícil y subvalorado es con frecuencia su trabajo.

BIOGRAFÍA Maura Nasly Mosquera M. Abogada de la Universidad Libre Seccional Cali, especialista en Gestión de proyectos y Cooperación Internacional de la Universidad Externado de Colombia, actualmente integrante del equipo del Programa CaliAfro de la Secretaría de Bienestar Social de la Alcaldía de Cali, Colombia. Participó en el proceso preparatorio de la III Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y otras Formas Conexas de Intolerancia en la relatoría del Caucus de los Afrodescendientes. Activista de los movimientos sociales afrodescendiente y de mujeres. Con amplia experiencia en la formulación, implementación, evaluación, seguimiento y monitoreo de planes, programas, proyectos y estrategias relacionadas con políticas públicas de los grupos poblacionales (étnicos y sociales - ciclo vital)

1 Cepal, La ineficiencia de la desigualdad. LC/SES.37/3-P. 2018. © Naciones Unidas

2 Banco Mundial, Perspectivas económicas mundiales: América Latina y el Caribe – Junio 2020. Resumen.

3 Unfpa. Resumen técnico - Implicaciones del COVID-19 en la población afrodescendiente de América Latina y el Caribe. 28 de abril 2020.